4 dic 2008

dios mío, dios mío

Dios mío, dios mío
He corrido de tus ojos por temor a equivocarme
Por aquella vieja sed de vieja muerte
Por el ansía torpe de la torpe nada
Por el día que se fue y que no retorna.

Dios mío

He unido párpados de acero en mi comida
He sentido el vacío de tus labios
Y he cantado la canción del no incluido.

Dios mío

He cargado esa cruz de tus espaldas.
La he sentido con el látigo sangrante de una pena,
De un camino que se cierra por mi huida,
De una voz que me reclama y que no escucho.

Dios mío, dios mío.

Te he mirado y te he palpado en esa esquina de limosnas
Ideando un mundo nuevo en el esófago
De una caries que le duele al desdentado.

Dios mío.

Qué me falta, dios mío, qué me falta,
Qué sucesos no he vivido, qué no tengo,
Qué me ocultas que no puedo desterrarme,
Qué me cantas que no bailo en tus esquinas

Dios mío.
Dios mío.

Qué me ocurre que no lloro con tu llanto
Qué me duele que no sufro como sufres
Qué me lames que no curas mis heridas

Dios mío
Me arrepiento de decirme un nuevo canto
Porque sé que sólo soy un lastre viejo
Que se arrastra, que se oprime, que no duele
Que intentará vivir la sobreviva
Para merecer un poco de respeto,

Del respeto de tu respeto,

Del cariño de los viejos compañeros
Del amor de aquella hectárea de naciones
Que se unieron sin saber que desunían.

Dios mío, dios mío.

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